Hacia tiempo que me rondaba la idea de ir a la Serra do Courel en Vespa, asi que se lo comenté a Javier, que tiene propiedades por esos lares y en la sigueinte reunión se planteó y la peña aceptó inmediatamente, para mi alegria. El unico problema era ,que al ser en el mes de Octubre, las probabilidades de lluvia no eran precisamente escasas y los dias anteriores a la salida, todos estuvimos consultando los partes meteorologicos como locos. Al final decidimos salir "...y que fuera lo que dios quisiera...". La lluvia nos respetó todo el sabado y el domingo por la mañana, pero de regreso, partir de Ribadavia... cayó la mundial. Vinimos por Fontefria y hubo momentos en los que no veias a la Vespa que llevabas delante (Cesar optó por ponerse chaleco reflectante, todo un acierto.).
Salimos el sabado sobre las nueve de la mañana, con un frio que pelaba y la primera parada fue en el bar "O morto" de Ribadavia, donde dimos cuenta de unas empanadillas y una botellita de vino que nos dió la vida. A partir de ahi el camino fué mucho mas agradable.
Continuamos camino por Ourense y subimos por los Peares hasta el alto de Guitara. La siguente parada fue en Ferreira de Pantón, para probar unas "frebas" acompañadas, desde luego, con otro vinito mencia...
Ya en Quiroga paramos en "Casa Maria", por recomendación de Javier y fué todo un acierto, por que con otra racioncita de "frebas y un par de pinchos más, empezamos a subir por Fisteus hacia los montes Do Courel. Hicimos parada y fonda de mochila, cada uno aportó lo que pudo (Jose traia un trozo de Jamón que erá para volverse loco). Después de comer, beber y hacer las fotos de rigor, continuamos ruta hacia Seara, Vilarbacú y Seoane, donde hubo "vadeo" y paradiña, para tomar un cafecito antes de regresar a Quiroga.
De vuelta en Quiroga, nos fuimos a tomar unas cañas, y Javier nos deleitó con un paseo turistico por la zona. En un principio fuimos s ver sus posesiones en esas tierras, pero después pudimos comprobar que estaba mas perdido que un pulpo en un garaje... por poco pasamos la noche al raso.
Al final conseguimos encontrar la casa rural donde ibamos a pasar la noche. Alli preparé un churraquito, que devoramos al lado de la chimenea. Cada uno a dormir y por la mañana, después de ver la formula uno y desayunar, camino de regreso.
Hubo parada cerca de Ribadavia, para pulpo y vino y a partir de ahi, nos cogió la lluvia. Empezo a llover, como si no hubiese llovido en la vida, alguno se empapó (hay que ir preparados). Con el mal cuerpo del viaje de regreso sin visibilidad y humedos, cada uno se fué a su casa, dando por finalizado un fin de semana fantastico.
Saludos,
Saludos,
